Thursday, August 16, 2007

El escándalo de las escuelas secundarias [Follow-Up: Hilary Clinton's reply to a related question.]

Leonardo le pone rostro humano a un estudio realizado por la universidad de Harvard y el Urban Institute de Washington: la mitad de los estudiantes latinos a nivel nacional no termina la escuela secundaria. El cincuenta por ciento de los adolescentes latinos se encamina al futuro si preparación.

Leonardo abandonó los estudios antes de cumplir 17. Al comenzar el año escolar aun quería graduarse, pero de a poco se convenció que ni estaba capacitado para asimilar las clases ni le interesaba lo que se enseñaba. “Francamente”, me dijo, “¿para que quiero yo aprender de príncipes europeos que batallan con fantasmas”. Suficientes problemas tenía en la vida cotidiana para ahondarse en el dilema de ser o no ser. Además, lo que a él le interesaba era el rap y conseguir un trabajo en cuanto se graduase.

Un día despertó con el dilema de ir o no ir más a la escuela. Se dio media vuela y siguió durmiendo. En su escuela secundaria, aunque más de un tercio de los estudiantes son latinos, no había un orientador latino que lo guiara hacia un plan de estudios apropiado. Le habría gustado, por ejemplo, aprender más sobre computadoras, mecánica, ser un chef, algo práctico. La escuela carece de programas vocacionales. Más aun, con la presión de los nuevos exámenes, la estandarización de la educación, y las sanciones para las escuelas que no produzcan notas altas, los administradores ven con buenos ojos que los estudiantes “problemáticos” se separen, en algunos casos les dan un empujón.

“Estamos malogrando una generación que tiene la capacidad para educarse”, dice Gary Orfield, profesor de educación y director del Centro de Derechos Civiles de Harvard. “No es una cuestión de capacidad. Lo que se necesita es ayudar al estudiante a hacer la transición de la escuela media a la secundaria. Muchos estudiantes llegan al noveno grado sin los conocimientos básicos. Por otro lado, no tenemos soluciones creativas para situaciones sociales existentes. Debemos proporcionar mejor y más apoyo a las estudiantes embarazadas, por ejemplo, ayudar a que los muchachos al salir de las correccionales se reintegren a la sociedad. No tenemos centros vocacionales donde la juventud se preparare para oficios y ocupaciones rentables”.

Le pregunto si parte del problema está en la falta de liderazgo. “Una campaña nacional liderada por el presidente movilizaría instituciones de la comunidad a concentrarse de lleno en esta catástrofe. No hay otra manera de calificar una tasa de deserción escolar tan alta. Hay una enorme falta de liderazgo.”

Quizás sería injusto culpar al presidente Bush de un problema que se arrastra por mucho tiempo. El profesor Orfield concuerda. “La educación siempre ha sido un problema. Pero las políticas recientes de este gobierno han empeorado la situación. Los exámenes estandarizados han incidido en una mayor deserción escolar. Y las consecuencias de no tener educación son mucho más graves ahora que ha cambiado el mercado laboral”.

Tiene razón. Hasta hace una década era posible trabajar en una fábrica y ganar lo suficiente para ser parte de la clase media. Pero la globalización desplazó las fábricas a países con abundante mano de obra barata. Así lo descubrió Leonardo. A las cuatro de la tarde se alista a salir. Trabaja de ayudante de mesero en un restaurante italiano. Se pone una camisa blanca, el pantalón negro y los audífonos en las orejas. Inmerso en sus sueños de rapero se aleja. “Ojalá le vaya bien”, dice la madre con resignación, mirándolo doblar la esquina hacia un futuro de incertidumbre.

Follow-Up
Senator H. Clinton: My friend Raul Guerrero has asked the following question: How do you plan, as Senator and potential President, to reverse the disastrous educational trend-less than 50% of our Latino kids graduate from high school in many cities? Here is my answer: This trend is unacceptable. I believe the federal government can address these inequities by targeting its efforts at low-income communities. Schools in low-income communities, which are disadvantaged, need extra support. Read MoreI will start by ensuring that every child starts school ready to learn. That is why I propose to spend $10 billion providing pre-kindergarten for all children, a program that prioritizes services for children form low income and non-English speaking households. Additionally, I will reform No Child Left Behind so that all students, including the 9.4 million Hispanic students that attend our public schools, receive the education and services they need. I will improve accountability and raise standards in education, particularly in the areas of math and science, improve instruction for English language learners and, ensure that all children are educated in schools that are equipped for the 21st century. I will also continue my work over 35 years to attract and support more outstanding teachers and principals, and pay them like the professionals they are. We need to provide quality mentoring and professional development for all teachers and principals. I am committed to helping teachers, parents, principals and all those committed to America’s children to move our education system forward so all children can successfully compete in our global economy. I will also continue to work to send a strong message to all children that college is attainable. I am a strong supporter of GEAR Up and TRIO, which give children the support, information and guidance they need to succeed in college. I am also a co-sponsor of the DREAM Act, which enables undocumented students to pursue higher education, attend college legally, and pursue legal residency. I believe we have to continue to expand access to information, support, and encouragement so that more young people, particularly those at risk, see college in their future. America will continue to be prosperous only if the Latino communities and individuals within its borders prosper too.

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