[Kapuscnski murió en enero del 2007. Tenía 74 años. Fue uno de los periodistas más incisivos de todos los tiempos. Sus libros se tradujeron a más de 30 idiomas. Fue el único corresponsal de guerra de Polinia. Se concentró principalmente en los países pobres y en conflicto. La siguiente entrevista nos abre una ventana a su personalidad. La traduje del inglés. La entrevista original de Bill Buford publicó la revista británica Granta.]
Buford: Un interés en filosofía, una base en historia: no son disciplinas obvias para la formación de un corresponsal de Guerra. ¿No le atrajo el mundo académico?
Kapuscnski: En realidad me habían pedido quedarme a enseñar en la universidad, pero el mundo académico me resultaba tedio, una carga. Ya había escrito bastante. Había publicado mi primer poema en Slowo Powszechne, un diario católico, y tenía varios poemas publicados en la principal revista literaria. Cuando terminé la universidad en 1955, tenía veintitrés años, y comencé a trabajar en el Sztandar Mldych, una revista de juventudes, el momento de mayor militancia en la historia. Era la época del periodismo investigativo.
B: Y el artículo más importante que surgió entonces fue suyo.
K: Se trataba de ‘Esto también es verdad sobre Nowa Huta’. No sé cómo nuestro periódico logró pasarlo y fue polémico en extremo. Nowa Huta era la fabrica siderúrgica modelo que se construía cerca de Cracow. Debía ser nuestro triunfo económico. Pero yo trabajé allí cuando era estudiante. Tenía amigos allí. Estaba conciente de las condiciones terribles bajo las cuales se operaba: la planta estaba mala administrada, a menudo los supervisores estaban borrachos. El momento que apareció el artículo se produjo un gran revuelco. Tuve que esconderme.
B: Esconderse?
K: Sí, los obreros, que eran amigos, me protegieron. En tiempo me arrestaron, me despidieron del periódico y me castigaron.
B: Que tipo de castigo?
K: Fue complicado. El revuelco, de todas maneras, continuo, hasta que por fin se asignó un comité para investigar las denuncias. Confirmó todo lo que dije. Me concedieron la Cruz de Oro al Mérito. Todavía tenía veintitrés años.
Fue una experiencia emocionante. Ilustraba el riesgo de escribir –de arriesgarlo todo. Y que el valor de la escritura no está en lo que publicas sino en las consecuencias. Si te dispones a describir sobre la realidad, entonces lo que escribes debe influir en la realidad.
The Original Interview
[Bill Buford interviewed with Ryszard Kapuscinki, Poland’s distinguished writer and only war correspondent, for the British magazine Granta.]
Buford: An interest in philosophy, a grounding in history: these are not the obvious disciplines for training a war correspondent. Were you tempted by academia?
Kapuscinski: I had actually been asked to stay on at the university to teach, but for me scholarship was tedious, a burden. By then I had done quite a bit of writing. I had had my first poem published in Slowo Powszechne, a Catholic daily, and had had a number of poems published in the leading literary magazine. On finishing university in 1955, I was twenty-three years old, and I began working for Sztandar Mlodych, a youth journal, at the most militant time in its history. It was the age of investigative reporting.
Buford: Un interés en filosofía, una base en historia: no son disciplinas obvias para la formación de un corresponsal de Guerra. ¿No le atrajo el mundo académico?
Kapuscnski: En realidad me habían pedido quedarme a enseñar en la universidad, pero el mundo académico me resultaba tedio, una carga. Ya había escrito bastante. Había publicado mi primer poema en Slowo Powszechne, un diario católico, y tenía varios poemas publicados en la principal revista literaria. Cuando terminé la universidad en 1955, tenía veintitrés años, y comencé a trabajar en el Sztandar Mldych, una revista de juventudes, el momento de mayor militancia en la historia. Era la época del periodismo investigativo.
B: Y el artículo más importante que surgió entonces fue suyo.
K: Se trataba de ‘Esto también es verdad sobre Nowa Huta’. No sé cómo nuestro periódico logró pasarlo y fue polémico en extremo. Nowa Huta era la fabrica siderúrgica modelo que se construía cerca de Cracow. Debía ser nuestro triunfo económico. Pero yo trabajé allí cuando era estudiante. Tenía amigos allí. Estaba conciente de las condiciones terribles bajo las cuales se operaba: la planta estaba mala administrada, a menudo los supervisores estaban borrachos. El momento que apareció el artículo se produjo un gran revuelco. Tuve que esconderme.
B: Esconderse?
K: Sí, los obreros, que eran amigos, me protegieron. En tiempo me arrestaron, me despidieron del periódico y me castigaron.
B: Que tipo de castigo?
K: Fue complicado. El revuelco, de todas maneras, continuo, hasta que por fin se asignó un comité para investigar las denuncias. Confirmó todo lo que dije. Me concedieron la Cruz de Oro al Mérito. Todavía tenía veintitrés años.
Fue una experiencia emocionante. Ilustraba el riesgo de escribir –de arriesgarlo todo. Y que el valor de la escritura no está en lo que publicas sino en las consecuencias. Si te dispones a describir sobre la realidad, entonces lo que escribes debe influir en la realidad.
The Original Interview
[Bill Buford interviewed with Ryszard Kapuscinki, Poland’s distinguished writer and only war correspondent, for the British magazine Granta.]
Buford: An interest in philosophy, a grounding in history: these are not the obvious disciplines for training a war correspondent. Were you tempted by academia?
Kapuscinski: I had actually been asked to stay on at the university to teach, but for me scholarship was tedious, a burden. By then I had done quite a bit of writing. I had had my first poem published in Slowo Powszechne, a Catholic daily, and had had a number of poems published in the leading literary magazine. On finishing university in 1955, I was twenty-three years old, and I began working for Sztandar Mlodych, a youth journal, at the most militant time in its history. It was the age of investigative reporting.
Buford: And the most important piece to emerge in that time was in fact written by you.
Kapuscinski: That would be 'This Too is the Truth of Nowa Huta'. Somehow, our paper succeeded in getting my article passed, and it was extremely polemical. Nowa Huta was the showcase steel factory being built near Cracow. It was meant to be our economic triumph. But I had worked there as a student. I had friends there. I knew what the conditions were like, and they were appalling: the plant was mismanaged and the supervisors were frequently drunk. The moment the article appeared, there was a great uproar, and I had to go into hiding.
Kapuscinski: That would be 'This Too is the Truth of Nowa Huta'. Somehow, our paper succeeded in getting my article passed, and it was extremely polemical. Nowa Huta was the showcase steel factory being built near Cracow. It was meant to be our economic triumph. But I had worked there as a student. I had friends there. I knew what the conditions were like, and they were appalling: the plant was mismanaged and the supervisors were frequently drunk. The moment the article appeared, there was a great uproar, and I had to go into hiding.
Buford: Hiding?
Kapuscinski: Yes, the workers, who were my friends, protected me. Eventually I was apprehended, fired from the paper and punished.
Kapuscinski: Yes, the workers, who were my friends, protected me. Eventually I was apprehended, fired from the paper and punished.
Buford: What kind of punishment?
Kapuscinski: It is complicated. The uproar, in any event, continued, until finally a commission was appointed to investigate my allegations. It confirmed everything I said, and I was awarded the Golden Cross of Merit. I was still twenty-three.
The experience was an exciting one for me. It illustrated that writing was about risk—about risking everything. And that the value of the writing is not in what you publish but in its consequences. If you set out to describe reality, then the influence of the writing is upon reality
Kapuscinski: It is complicated. The uproar, in any event, continued, until finally a commission was appointed to investigate my allegations. It confirmed everything I said, and I was awarded the Golden Cross of Merit. I was still twenty-three.
The experience was an exciting one for me. It illustrated that writing was about risk—about risking everything. And that the value of the writing is not in what you publish but in its consequences. If you set out to describe reality, then the influence of the writing is upon reality
No comments:
Post a Comment